En la antigua Roma se celebraba en honor al dios saturno una fiesta conocida como los Saturnales, esta ocurría a finales de diciembre y duraba varios días. Una de sus principales características era la libertad y alegría de la fiesta, donde se invertían roles sociales y se permitían los excesos.

Durante los Saturnales, los esclavos eran liberados temporalmente y podían comportarse como ciudadanos libres, incluso intercambiando lugares con sus amos en la mesa. También se organizaban banquetes, se intercambiaban regalos y se realizaban procesiones con máscaras y disfraces.

La obra «La juventud de Baco» tiene el espíritu de los saturnales.

Al llegar los hispánicos a nuestro continente trajeron consigo sus tradiciones, como es el caso de la carnestolenda, festividad que se desarrolla antes de la semana santa cristiana y donde se incluía música, disfraces, baile, máscaras y desenfreno.

Danza de las tijeras de Pancho Fierro.
El son de los diablos de Pancho Fierro.

En el caso cajamarquino, algunas tradiciones locales como la música o el baile se integraron en las celebraciones hispánicas, desarrollando el sincretismo del actual carnaval de Cajamarca. El fray Mateo de Jumilla señalaba que en el Apu Rumitiana (también conocido como la colina Santa Apolonia) los indígenas se reunían en día de fiesta de la nueva patrona y hacían procesiones, fiestas y danzas en torno a la hermita de la santa católica.

Así lucía la vista del Apu Rumitiana hace más de 1 siglo. Fotografía del archivo de la página de Facebook «Al Rescate de Caxamarca».

Para 1930 el carnaval de Cajamarca tenía gran similitud a los carnavales que se hacían en otros lugares de la costa peruana, donde además del juego, baile, bebida y fiesta, también participaban carros alegóricos y la gente del campo.

Carnaval de Cajamarca en 1930. Foto achivo El Comercio.

En la década de 1970 en plena dictadura de Morales Bermúdez, en la ciudad de Cajamarca un grupo de entusiastas tomó el reto hacer crecer al carnaval, el cual adaptaría nuevos elementos que aún perduran en la actualidad.

En la actualidad el carnaval de Cajamarca ha adaptado nuevos recursos; instrumentos como el saxo acompañan a las tarolas, quenas, antaras, wiros, tumbas y guitarras; en la gastronomía elementos relativamente modernos como el frito con ceviche, acompañan a otros elementos tradicionales como la chicha de jora o al cuy frito. Así también, en las propias coplas se encuentran referencias modernas e incluso reclamos contra los políticos corruptos que tanto en el Perú.

Niño mirando a clon gigante del artista Miguel Barboza Silva. Foto Fernando Carbajal Barboza.

Sin lugar a duda el Carnaval de Cajamarca seguirá incorporando nuevos elementos a su celebración y el reto es lograr desarrollar una festividad que beneficie la cultura e identidad de la población local, así como el progreso económico a través del turismo.

Artículo adaptado de la página de Facebook «Al Rescate de Caxamarca«.

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